viernes, 18 de septiembre de 2009

En día 248 ... Enrique dijo

Haciendo un poco de reflexión sobre el post de hoy y a raiz de un comentario de Chema sobre lo jodido que les pueda resultar a los futuribles sacar conclusiones sobre el implante a la vista de las quejas, ciertas incomodidades y supuestos problemas diarios y cotidianos que escribimos los implantados.

Creo, y yo soy el primero, que ninguno de los implantados está a disgusto con su implante, si no todo lo contrario.
Lo que ocurre es que como personas que somos, aspiramos naturalmente a lo mejor y lo mejor, en este caso, es olvidarnos del dichoso mp7 y hacer una vida auditiva como vemos en los demás, es decir, de normoyentes.

Pienso que es por ello que aflora nuestra rebeldía subconsciente en no admitir que el aparatejo resta gran parte de nuestras habilidades en la comunicación con el mundo externo.

El mp7 es un artilugio electrónico en pleno desarrollo con prestaciones aún por ampliar (MJ ya se ocupa de ilustrarnos sobre el tema, gracias). Y como tal, jamás podrá sustituir al oído natural.
Con las células madre, ya será otra cosa.

Pero lo que es evidente es que al día de hoy, si no fuera por el mp7 estaríamos bastante mal en todos los aspectos de nuestra vida. Estaríamos "arrinconados".

No quiero ni pensarlo.

Por eso, cuando alguno de los comentakas escribimos sobre las impertinencias vividas en relación al mp7, me pregunto: ¿Y eso es un problema?.

El problema sería no tener el mp7.

Yo sólo conozco una, sólo una, impertinencia del aparatejo que cuando aparece, pienso: "El muy jodido". Y aparece cuando estás enfrascado en cuerpo y alma en algo que requiere toda tu atención y toda tu concentración, oyes internamente, "bip bip bip". Las pilas se están agotando. ¡¡Cagen....!!!

Así todo, me encanta leer nuestras tribulaciones con el mp7. No deja de ser una fuente de información de incalculable valor para implantados y futuribles porque, al fin y al cabo, forma parte de nuestras vidas.

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